domingo, 25 de julio de 2010

La insuficiencia del análisis newtoniano


¿Donde está la insuficiencia del análisis newtoniano? En realidad se trata de una insuficiencia grande porque introduce simplificaciones que llevan a capturar un ámbito del movimiento muy reducido. Un tipo de movimiento del que incluso cabe dudar que sea físicamente real. El movimiento objetivado por Newton se corresponde precisamente con el tiempo que se objetiva en el nivel de la imaginación. Ni siquiera es, por tanto, un tiempo físico en sentido estricto, ni tampoco un tiempo objetivado por los sentidos externos. Se trata de un tiempo que ostenta ya un alto grado de formalidad pero no es tampoco el tiempo entendido en el nivel intelectual. Es el mismo tiempo, y también el espacio, que se corresponde con las formas a priori de Kant. La simplificación ciertamente permite la matematización: la formulación de hipótesis sobre la realidad física. Pero la objetivación del tiempo y del espacio empleado pertenece al conocimiento que la imaginación nos proporciona de ellos. Esto permite dar cuenta del éxito de la mecánica de Newton en relación con la experiencia ordinaria y, también, de la ruptura que más tarde se produce entre esa experiencia y la física.

Otra noción importantísima en la mecánica newtoniana es la de masa, que se relaciona estrechamente con la noción de fuerza por estar objetivadas en un mismo nivel. Polo señala que en un primer nivel de objetivación de la física newtoniana -en el que se llega a formular el principio de inercia- lo que es inercial es el mismo movimiento. En un segundo nivel -el de la 2ª ley de Newton: f=m.a- lo propiamente inercial es la masa, es decir, la masa expulsa fuera de si la aceleración y se hace posible de esta manera la cuantificación de la fuerza -la otra noción clave de la mecánica- y su relación con el tiempo. La masa es también la noción que sirve para vincular el tiempo con el espacio ya que en la ley de gravitación universal la masa se refiere a las distancias y también incluye la fuerza. La masa juega por tanto un papel clave en la unificación y puesta en funcionamiento de los distintos elementos producto del análisis newtoniano: espacio, tiempo, fuerza. Su constancia -su inercialidad- es la clave para conseguir la síntesis que permite que el sistema funcione. Es crucial también, para conseguir esa unificación, sacar a la masa del espacio dejándola así reducida a un punto. Es decir, la relación entre los cuerpos depende exclusivamente de sus masas y su distancia. Pero ahora los cuerpos no son extensos y lo que asume la consideración de la espacialidad o extensión es la pura distancia. La masa captura la materialidad de la realidad física, de los cuerpos físicos, pero de un modo peculiarmente reductivo: por una parte expulsa fuera de sí el movimiento y, por otro, también la extensión. La cuantificación de la experiencia se ha cobrado un precio muy alto.

Podríamos resumir muy brevemente las implicaciones de la objetivación o análisis de lo físico presente en Newton diciendo lo siguiente:

1. Hay una separación entre materia y movimiento conseguida a través de la noción de masa. La materia es inerte o inercial, un factor constante que permite unir espacio, tiempo y fuerza. Esto obligará después a adoptar un principio dinámico que será la energía. Pero la energía será también exterior a la materia que mantiene su constancia en cualquier caso.

2. Hay una separación entre espacio y tiempo. Por el espacio no pasa el tiempo y el tiempo fluye al margen del espacio que recibe una consideración, como el tiempo, absoluta. Se puede decir que hay una sustancialización del espacio y del tiempo. Esta mutua exclusión es la que permite su al espacio y al tiempo ser unificados con lo material, a través de la masa, de una manera matemáticamente sencilla. Pero se trata de una unificación a posteriori. Podríamos decir que se trata de una unificación que llega muy tarde respecto a la consideración estrictamente física del espacio y el tiempo.

Se ha conseguido una visión unificada y cerrada de la realidad física. La objetivación que se ha hecho de lo material y, en particular del movimiento, dio importantes frutos mientras lo experimentado se mantuvo en el ámbito en el que el peso cognoscitivo recae sobre la imaginación. Las fracturas fruto de este análisis son las que después pasarán factura a finales del siglo XIX y las que habrá que remediar mediante otras objetivaciones que superen las del análisis mecánico.Podríamos preguntarnos ahora ¿qué deja fuera de su consideración la objetivación del movimiento newtoniano? Para empezar, se olvida del movimiento vital. Aunque no discutamos esto ahora, es claro que la vida no se deja encerrar en el estrecho análisis ideado por Newton. Querer abordar el estudio de los seres vivos con un método que fuera heredero de los planteamientos mecánicos sería un grave obstáculo para la comprensión de la vida. Un planteamiento de este estilo sería el que llevara a considerar los seres vivos como estructuras que son sedes de intercambios de energía, o dicho de otra manera, sistemas de optimización y aprovechamiento energético, por ejemplo.

También se excluye completamente la consideración de la causa final aristotélica. En estricto sentido, el movimiento inercial de Newton no es causado. La objetivación de la masa junto con las otras simplificaciones introducen importantes reducciones en la comprensión de las causas: la finalidad, por ejemplo, queda completamente eliminada. La clave de esta supresión, como ya se ha señalado, está en la noción de masa y la reducción en la consideración de los tipos de movimientos que esta supresión introduce. Paradójicamente, el hecho de no dejar lugar para la consideración de la causa final conduce al determinismo que es característico en la física de Newton.La mecánica newtoniana modifica sustancialmente la comprensión de las causas descubiertas por Aristóteles. En el esquema aristotélico la eliminación de cualquiera de las causas altera notablemente la comprensión de las otras y de sus relaciones. El análisis efectuado por Newton impide entender la causa final como causa física del mundo. Dentro de la mecánica, si se mantiene la finalidad, es como algo externo al mundo. Es imposible entender, desde Newton, la causa final de una manera distinta a finalidad intencional, es decir, sin antropomorfizarla.

Junto con esta importante eliminación, la comprensión del resto de las causas también se ve modificada de una manera notable. En la tradición aristotélica las causas material y formal son consideradas como causas intrínsecas a la sustancia. La causa eficiente es, en cambio, extrínseca en los movimientos físicos transitivos. Otra de las alteraciones importantes introducida por el análisis newtoniano es hacer de la causa formal una causa extrínseca a la sustancia y, a la vez, entender la causa material y la eficiente como las causas intrínsecas.
PUBLICADO POR:
ACUÑA REY ANDRES EDUARDO
C.R.F
PAGINAS DE REFERENCIA:
http://www.unav.es/cryf/mecanica.html

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